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La Ruta de la Rivera del Huésnar es posiblemente mi ruta preferida de todas las propuestas por esta zona de Sevilla. En 1994, con mi Vulcan 500 casi recién comprada rodé por primera vez por la Sierra Norte, y la carretera hasta Constantina estaba tan en mal estado que no volví a rodar por la zona hasta que en el año 2004 me enviaron a Las Navas de la Concepción a trabajar. En el año que pasé trabajando en este pequeño pueblo de la Sierra Norte, comencé a conocer la zona desde muchos puntos de vista: su gente, sus paisajes, sus caminos cuando hacía senderismo y por supuesto sus carreteras. Aquí fue cuando oí hablar por primera vez de una carretera preciosa rodeada de vegetación que estaba acompañada casi en su totalidad por el río Huesnar, del cual se podían visitar sus cascadas. Desde entonces he rodado por esta carretera en muchas ocasiones, tanto en moto como en coche; he hecho su vía verde en otras tantas, a pie y en bicicleta, y cada verano, como tradición, voy al menos un día a bañarme en las frías aguas de las cascadas. En varias ocasiones he llevado a amigos de Cataluña que vienen unos días a Andalucía en verano, a darse un baño y la cara de asombro cuando ven la imagen de las cascadas es un poema, dejándolos cada año con ganas de volver a refrescarse en sus aguas (si piensas bañarte te recomiendo que vayas entre semana).
Esta ruta compagina carreteras de un trazado divertido y rápido con otras un poco más lento, al ser la calzada más estrecha y las curvas más cerradas, sin contar las zonas de umbría que te puedes encontrar en los meses fríos. Pero los paisajes que te encuentras a lo largo de todo el itinerario son dignos de ser descritos por un poeta. Los colores del otoño, mezclando los colores cálidos como el marrón, el naranja, el amarillo tostado, los verdes en un sinfín de tonalidades,... son un deleite para la vista, al igual que cuando los campos se cubren del rojo de las amapolas y del verde intenso de la primavera y las aguas del río corren con más fuerza. Y por supuesto, las localidades de la sierra, con su particular encanto de pueblo blanco, rodeados de montes y dehesas y la monumental Carmona, testigo del paso de las civilizaciones más importantes que pasaron por nuestra Comunidad.
Os aseguro que esta ruta no dejará a nadie indiferente y os hará disfrutar de vuestras monturas.
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